Aquí estamos, en una Caracas desolada con colas por todos lados y para adquirir todos los rubros. Ahora se suma la gasolina, que supongamos que sea un estado temporal de escasez, igual afecta todo. Si esto se mantiene, viviremos peor de lo que ya vivimos.
De mantenerse esta situación, todo aquel que tenga un carro andando será víctima de atraco para sacarle la gasolina a su vehículo.
Estacionamientos públicos y privados serán un atentado, pues quien llegue con su carro full de gasolina, probablemente no salga.
Pagaremos el combustible más caro de la historia. Movimientos que salgan a Cucuta a llenar bidones para ser vendidos en las calles. La realidad de nuestras fronteras será ahora la realidad de las ciudades capitales.
No hablemos de los alimentos y el transporte en general, es imposible que en un país sin gasolina, gasoil, diesel, etc puedan llegar los artículos de primera necesidad y los alimentos a sus diferentes destinos. ¿Qué chofer se arriesgará a manejar nuestras seguras carreteras con esta situación? ¿Ustedes saben lo que mete una gandola de combustible? ¡Nos estamos convirtiendo en Mad Max!
Actualmente, con esta situación inexplicable de la gasolina, no se ven tantos buses para transportar a quienes a patica limpia salen a ganarse la vida y las colas en los supermercados son de pronóstico reservado. Ya no llega nada regulado y hay que estar pendiente al salir porque si te distraes mucho, te tumban las bolsas.
Yo JAMÁS le he jugado al gobierno, afortunadamente ni yo, ni los míos hemos tenido que rebajarnos a hacer una cola para comprar siquiera pan, sencillamente si no hay del barato, compramos del caro. Y así hemos hecho desde que este desastre comenzó. No nos humillamos en las puertas de un súpermercado porque simplemente todos somos trabajadores y emprendedores arduos y ni mis viejos ni yo, merecemos semejante vida.
Si usted es trabajador arduo y le ha tocado hacer su cola porque es la única manera de llenar el estómago, lo lamento mucho ¡De verdad! siento mucho pesar con usted porque tampoco se merece vivir de esa manera.
No hablemos de la situación de las medicinas en el país. Los insulinodependientes tienen que buscar la manera de sobrevivir, Los enfermos de cáncer no pueden hacerse quimioterapias porque o son extremadamente costosas o no hay. Hipertensivos no tenemos, tampoco anticoagulante. Bueno, ni relajantes musculares, ni antidepresivos, ni pepas para dormir y escapar un ratico de esta pesadilla.
Somos un país totalmente deprimido, con intenciones suicidas silentes. Hay padres que no pudieron escolarizar a sus niños, madres solteras que se fueron con sus muchachos en brazos y ver de que manera surgir en otra parte. Muchas se estan prostituyendo oficialmente y discretamente para salir adelante. Toda mujer que se va a rodar en otro país, con muchachos, sin plan u organización, tropezando con piedras una y otra vez, dejando que otros carguen con sus cargas, es una prostituta discreta, sobre todo si a los pocos días gozan de la compañía masculina que puede sacarla un poco de su status de inmigrante misero. Es muy duro, pero así es esto.
Bueno, se me ha ido la inspiración para seguir escribiendo, lo cierto es que quien está afuera muy poco puede sentir nuestras experiencias patrióticas. Nada de lo que sucede aquí, de la paranoia constante y de la oración continua para llegar vivo a tu casa es digno de empatía, no hay manera de ser empático con eso. Por eso no podemos criticar al que se va y desde afuera opina, es válido su punto de vista, porque aunque ciego está no deja de ser venezolano y de dolerle lo que aquí dejó...